"Cuando yo era un chaval, en el instituto recuerdo que nos llevaron a una excursión cultural para ver arte, en uno de esos famosos museos de londres, y cuando estaba allí, me encontré con una estatua de una diosa griega hecha en marmol, Afrodita.
Era preciosa: Unas formas femeninas perfectas, unos rasgos precisos, bellisima. Me quedé embobado mirándola. Al final la profesora nos llamó a todos, pasé ante ella, y en ese trayecto me fijé en el costado de esa diosa griega, con todas sus grietas, muescas... imperfecciones. Fue una decepción.
Pues así es ella, una escultura preciosa, pero dañada de un modo que no captas hasta que no estás cerca." Alfie.